Queridos parroquianos:

En estos días podemos participar de alegres y bonitas ceremonias, las primeras comuniones. A la vez hoy es la Solemnidad de Pentecostés, nacimiento de la Iglesia con la irrupción del Espíritu Santo. El Cuerpo del Señor y el Espíritu son imprescindibles para vivir la vida de la fe. ¿Sin comer ni respirar cómo vivirás, sin nutrientes ni oxigeno a dónde irás? 

En estos días me toca explicar a los primeros comulgantes cómo pasar a comulgar, sinceramente me gustaría que las explicaciones se viesen también en la comunidad cuando cada uno de nosotros recibimos al Señor. Hay que saber comulgar tanto en la boca como en la mano ya que las dos formas son lícitas y aunque uno tenga su devoción puede verse en las circunstancias de tener que usar una. Ya puede tener las manos sucias y tener que comulgar con la boca o ya como con la pandemia tener que comulgar con la mano. Lo importante evidentemente es recibir al Señor y no la forma de hacerlo aunque siempre con respeto, mejor aún con espíritu.

Con ironía les advierto a los niños que no hagan una procesión del corpus llevándose al Señor de paseo y comulgando a mitad pasillo. Les digo seriamente que si hacen eso les llamarán la atención. Igualmente que no se les ocurra capturar al Señor con los dedos, que es un don que hay que recibir y no coger, además se puede caer cuando vas a capturarlo y algo choca, dedos o manos. Por el contrario les explico pongan bien las manos la izquierda plana la derecha debajo y que al mostrarles al Señor sepan hacer reverencia con la cabeza y decir amén desde el corazón. Amén una palabra hebrea no traducida usada por todos los cristianos que significa me adhiero, en esto confío, así sea, en verdad…  

Imaginemos que hiciésemos fotos de los fieles al comulgar, como en la primera comunión, la mayoría no mal pero de algunos yo dudaría que hayan cumplido con el ayuno eucarístico. Unos despistados, otros sin silencio, con manos en los bolsillos, sin ningún acto de reverencia, y ya que fatal queda si se empujan en la fila. Afortunadamente no he visto todavía nadie mirando el móvil. ¿Por qué digo lo del ayuno eucarístico? En verdad este ayuno es una norma meramente disciplinar y además tiene poco peso social u organizativo. Claramente es dispensada cuando hay un grave incómodo para cumplirla por ejemplo cuando se va a dar la comunión a los enfermos estos siempre están dispensados de esta norma, no hay que esperar para darles la comunión. Esta espera sería un incómodo no sólo para el enfermo sino también para el ministro de la comunión. No obstante el ayuno eucarístico no es un ayuno penitencial sino sacramental. Aquí radica su importancia uno se va haciendo consciente de lo que va a recibir y se va preparando una hora antes. Y eso se nota al pasar a comulgar.

Con qué espíritu se hacen las cosas marca la diferencia. Pero para ello en este mundo tan consumista y materialista y hedonista y, sí ya sabemos estas cosas, nosotros los cristianos haremos lo que otros hacen, levantarse, trabajar, festejar, etc. pero con espíritu cristiano. Pues en este mundo en el que vivimos no hay espíritu sin ascesis. No causa la ascesis recibir el Espíritu pues es un don, sin embargo es una condición para cultivarlo. Pensemos que si al celebrar algo con buena comida no hacemos alguna renuncia hemos comido como un pagano. Pensemos que esta norma del ayuno eucarístico nos previene de no comulgar como un…

Ayunar una hora antes de comida y bebida, salvo agua, antes de comulgar es una norma disciplinar de la que ya casi no se habla. En sí hay muchas cosas más importantes pero las cosas pequeñas nos conservan y preparan las importantes. 

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